Quiromasaje Terapeutico

 

Es la comunicación emocional y energética por medio del tacto.

Lo percibimos físicamente y a través del órgano más extenso de nuestro cuerpo, la piel, que nos lo transmite gracias a su gran cantidad de terminaciones nerviosas a todo nuestro ser.

Hay muchas formas de dar un masaje, y la propia creatividad de cada masajista hace que todos sean diferentes, pero siempre habrá unas pautas que diferenciarán un masaje de otro.

Así, un masaje rápido, corto, superficial y centrípeto nos estimulará y, por el contrario, uno lento, rítmico, largo, profundo y centrífugo nos proporcionará un estado sedante.

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Teniendo en cuanta siempre que la intensidad y profundidad van en relación directa con el peso, edad y físico del receptor, se pueden seguir las siguientes pautas:

Masaje superficial: destinado a niños, personas mayores y musculaturas débiles.
Masaje medio: a musculaturas normales.
Masaje fuerte: para deportistas y constituciones excepcionales.
Beneficios del Quiromasaje

Son innumerables y se clasifican por su tipología en tres apartados diferentes, aunque relacionados entre sí:

1.- Mecánicos: son los producidos por el contacto de la mano o zona aplicante con el organismo. Actúan en los siguientes sistemas:

Sobre el sistema linfático: forma un circuito similar al circulatorio que recoge y transporta los líquidos intersticiales, pero cuya principal diferencia es la carencia de un motor que lo mueva constantemente, como hace el corazón con la sangre. El masaje ayuda a este movimiento, acelerando de esta manera la función del sistema.
Sobre la piel: la limpia de células muertas y sebo, le incrementa su temperatura y aumenta su transpiración.
Sobre el tejido adiposo: ayuda a la reabsorción del mismo, y actúa como lipolítico disolviendo las grasas y vascularizando la zona.
Sobre el tejido muscular: actúa sobre el músculo, incrementando el aporte de nutrientes, dándole tono, aumentando la circulación, mejorando la contractilidad, y quitando la tensión y los deshechos.
Sobre las articulaciones: disminuye la rigidez articular incrementando su movilidad, facilita la absorción de exuados articulares, reabsorbe en caso de edemas, e impide la formación de adherencias.
Sobre el sistema circulatorio: desarrollo nuevos capilares sanguíneos periféricos, produce vasodilatación e incrementa la presión venosa, facilitando la salida de detritus y metabolitos.
Sobre el sistema nervioso: nutre los nervios periféricos, anestesia y excita las terminaciones cutáneas y nervios ganglionares. Seda, dando bienestar.
Sobre el tejido óseo: mejora el metabolismo de la zona. La recuperación, en caso de fracturas y una vez pasado el proceso de enyesado, es mejor y más rápido con la aplicación del masaje, evitando tejidos cicatrizales y posibles adherencias.
2.- Psicológicos: dan bienestar y consciencia de nuestro esquema corporal:

Mejora el aura o capa electromagnética del cuerpo.
Mejora la sensibilidad y coordinación.
Mejora el sentimiento de seguridad y calor.
Mejoran los sueños, que en parte son representación de nuestras vidas.
3.- Energéticos: corrige los posibles bloqueos energéticos, haciendo que la energía vuelva a fluir, llevando de nuevo al cuerpo al equilibrio perdido.